Desde La Cocina de los Nietos y dentro de las Jornadas Gastronómicas de Rascafría, desarrollamos el taller práctico “Encurtidos exprés contra el desperdicio”, para aprender a conservar verduras que están a punto de estropearse mediante encurtidos rápidos. Una actividad sencilla, replicable en casa y que recupera saberes de nuestra cultura gastronómica para combatir el desperdicio alimentario y poner en valor los productos locales de nuestra huerta.
Nuestra tradición gastronómica
Comenzamos la sesión recordando algo sencillo pero importante: en nuestra cultura culinaria siempre han existido formas de aprovechar los alimentos. Conservas caseras, encurtidos, caldos hechos con restos, guisos que nacen de “lo que había”, puddings…
Sin embargo, las modas gastronómicas, la facilidad para conseguir alimentos en cantidad y los cambios en los ritmos de vida nos han llevado a dejar atrás muchas de estas prácticas, aumentando el desperdicio y desconectándonos del origen del alimento.
El producto local de la sierra madrileña como punto de partida
Como parte central del taller, se quiso poner en valor el producto de temporada y de proximidad. El producto fresco que utilizamos para hacer nuestro taller de “Encurtidos express contra el desperdicio” provenía de Nuestras Huertas, un proyecto agroecológico ubicado en Bustarviejo y que hemos podido conocer en profundidad gracias a otro de los proyectos que desarrollamos en la Fundación Vida Sostenible: En Madrid, cada plato es un paisaje.
De manera sencilla explicamos cómo se cultivan los alimentos bajo criterios agroecológicos, y por qué este modelo favorece el cuidado del paisaje, así como dónde y cómo se pueden adquirir sus productos.
El taller: conservar para no desperdiciar
Con nuestra mesa preparada con todos los materiales que íbamos a utilizar y nuestra receta en mano nos pusimos manos a la obra. Cada participante fue eligiendo las verduras y hortalizas que quería utilizar, así como las hierbas o especias que le darán un sabor especial a nuestro encurtido.
La parte fundamental que transformará nuestras verduras es nuestro líquido de encurtido. Se trabajó con una fórmula básica fácil de recordar: 1 parte de vinagre + 1 parte de agua + 1 cucharada de sal + 1 cucharada de azúcar. Esto siempre podemos ajustarlo dependiendo de como nos guste más el sabor, si lo queremos fuerte más vinagre, si lo queremos con un toque dulce más azúcar.
Tras elegir, cortar, mezclar y etiquetar los participantes se pudieron llevar sus coloridas creaciones a casa y un mensaje muy importante: antes de tirar, mira si puedes transformar.
Gracias a todos los participantes y a la Asociación Roble Moreno, organizadora de las jornadas.
Carlota López
Fotografías: Fundación Vida Sostenible.













