La palabra “flexitariano” suena extraña. No está en el diccionario de la Academia, ya que es muy reciente (según la wikipedia, data de 1992). Pero es una idea muy buena para los muchos millones de personas que queremos una alimentación más sostenible, es decir, más sana, más barata y buena para el medio ambiente. La recomendación habitual es “come menos carne”, y es verdad que comer menos o nada de carne es bueno para nuestra salud y para nuestro planeta, amén de para nuestro bolsillo. Pero la alimentación vegetariana, vegana o crudívora no está al alcance de todos, requiere atención y un esfuerzo extra.
El flexitarianismo no dice “come menos carne” sino “no comas carne a todas horas, de manera automática, sino cuando te apetezca de verdad”. Y carne de mejor calidad, procedente de animales que han llevado una buena vida y han engordado a base de buenos piensos o hierba de verdad. En realidad, el flexitarianismo es la manera tradicional de alimentación de la humanidad: una buena base de legumbres, cereales, verduras y frutas con algunos añadidos de carne en pequeña cantidad o esporádicamente. La cocina tradicional española es completamente flexitariana: la carne suele acompañar a los sabrosos guisos, rara vez es el componente principal salvo en los platos de fiesta mayor. ¿No serás flexitariano sin saberlo? Si no lo eres, puedes serlo fácilmente. Comienza en tu próxima visita al mercado.